¡¿ROBO?! (de antes)

Palabra común en Colombia y esta vez en Tunja pero con todos los signos de interrogación, admiración y groserías, porque una persona o seguramente varias personas, realizaron un saboteo a la emisora del Colegio de Boyacá, disfrazándolo de “robo” de una sección de cable de su torre o antena repetidora, situada en una loma en la Vereda de Runta, en donde están instaladas cuatro o cinco torres repetidoras más. Fue precisamente la torre del Colboy la afectada y justamente cuando llegaba el Ministro de las TIC, ex alumno del Claustro Santanderino, Diego Ernesto Molano Vega, a quien el Colegio quería recibirlo con las ondas radiales de la frecuencia modulada 102.6 activadas.

¡Qué envidia, qué manera de “cobrar”!, que forma tan baja de actuar en lo alto de la cordillera donde están ubicadas varias torres, pero que sólo afectaron la que en su maldad les “convenía”.

Resulta que esas torres no están rotuladas, es decir cualquiera que vaya no identifica a qué emisora corresponden y para llegar allí sólo se hace con un propósito especifico, por ejemplo técnico, o en este caso, con vocación de ladrón; y como es repetidora: ladrón, ladrón, ladrón; además que allí se llega en carro, de tal manera que quienes cometieron el ilícito, lo hicieron con conocimiento de causa, con inteligencias mal utilizadas −bueno si a eso se le puede llamar inteligencia− con títulos profesionales manchados…

A ciencia cierta, no se conoce quiénes cometieron el robo-saboteo, pero el olfato de los buenos ciudadanos de adentro y de afuera, está permitiendo sacar algunas conclusiones; desde luego éstas, llegarán hasta ahí, porque en el Colegio de Boyacá no existen investigadores de ninguna clase de delitos, pero sí se lamenta y protesta por la osadía que tuvieron y cometieron quienes menos se esperaba. Queda demostrado, que la “gratitud perenne”, de la que habló en su momento el profesor Norberto Ramos Ballesteros, no se cumple en todos los egresados; la soberbia y la retaliación a no sé qué, estuvieron por encima de los principios y valores inculcados en sus familias y que reforzó y refuerza el Colegio. Lamentablemente, esa es mi Colombia y ahora mi Tunja, donde saltó la liebre (rata) donde menos se esperaba. Y aunque vivimos con el enemigo, felicidades para todos.

Very cordiallly