Municipios olvidados
- mikearcos
- 22 may 2020
- 2 Min. de lectura
Por fin se les dio algo bueno a municipios olvidados de Colombia. Al fin “ganaron” unita. Y es que el COVID-19 no les ha contagiado al 75% de estos resignados municipios. Será que el coronavirus es selectivo? que no se mete con la humildad, o es racional; que ya supo que la gente que habita estos municipios tiene tanta limitación que no vale la pena causarle más dolores de cabeza, bueno y toda la sintomatología propia de la epidemia, como diarrea y otros malestares. Pero la verdad es que el COVID-19 no llega por allá porque tendría que ir por vías terciarias que están en mal estado. Y eso al virus no le interesa. Le queda más fácil ir por autopistas -que tampoco son muchas- y en la comodidad de un vehículo así sea apretado como en el trasmilenio y todo el servicio público del País. De tal manera mis estimados y estimadas que los y las invito -sin pico y género- a evitar encuentro con el “personaje” chino. Para ello siguen cuidándose, mantengan los protocolos mínimos para evitar contagios y posterior muerte. Evite las algaravias, la parranda, las manifestaciones, las marchas, las montoneras, etc. Refuercen su sistema inmunológico y respiren eucalipto y ciprés. Volviendo a las vías veredales; sólo el 6% de éstas se encuentran en buena regula y buen estado, lo que quiere decir, en mi escasa matemática, que más del 90% de las vias teciarias están en mal estado. Es decir, que bueno porque el virus no pudo llegar, pero que malo para la gente, que en tantos años de historia y de vida moderna aún conserven caminos de herradura para su desplazamiento y mover los productos de su producción agrícola. Que falla, y hasta depronto geológica, como para que el gobierno no invierta en la mayoría de sus municipios. Unas son de cal y otras son de arena. De cuáles serán la de éstas gentes campesinas de los 833 municipios olvidados? O serán de m... de malas. Finalmente... a algo que no tiene fin, es que se le debe dar una miradita a estos municipios, que aunque no tienen lo que otros tienen, si viven tranquilos y sin preocupación de contagio, a diferencia de las grandes y medianas ciudades que reúnen todo para facilitar el contagio de la epidemia. Por eso citadinos y citadinos -he madurado- no demos papaya. Debemos ser más precavidos que la apertura inteligente. Sigamos cuidándonos en extremo. Sin paranoia pero en alerta amarilla. Quédense en casa.
Very cordially
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