LA RASCADITA
- mikearcos
- 25 dic 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 2 ene 2023
Digamos que rascar en un verbo que “se conjuga” regularmente con las uñas. Efectivamente se concibe como frotarse una parte del cuerpo o todo el cuerpo con las uñas, siendo la mayoría de las veces placentero hacerlo, aunque la agradable sensación de repasar la piel por un mismo sitio pueda transformarse en dolor, es decir cuando la fricción se convierte en rascadera; por aquello de que los excesos son viciosos.
Se rasca por placer, porque un mosquito lo picó, porque un bicho lo fastidió, por una viruela, por varicela, por un salpullido o por cualquier roncha que se forme; porque una herida está sanando -costra- o por el contrario cuando se presenta una infección; en general porque un cuerpo extraño produce alguna molestia o sensación sobre la piel.
Bueno la rascada también se da en instrumentos de cuerda: tiple, cuatro o guitarra, cuando queremos sacarles algún sonido, armonía o hasta ruido.
En entornos como bares, cantinas o celebraciones se producen otras rascaditas, en esta oportunidad por el consumo excesivo de bebidas alcohólicas. ¡Anoche me rasqué!, se suele decir cuando nos pasamos de copas.
Algunas molestias como la amebiasis por lo general merecen una rascadita. Y a propósito, algunos dicen: regálame esa rascadita.
Hasta aquí hemos utilizado las uñas y el etanol. pero en el mercado se encuentran rascadores, especialmente utilizados por extensión para lugares en donde por el sitio de la anatomía no podemos dar alcance directo a la piquiña.
Raspar, es un verbo símil de rascar, salvo que este se hace sobre un impreso para descubrir su contenido. “raspe y gane” se acostumbra a utilizar.
Hay rascaditas psicológicas, por emociones, por sustos; o por invasión de animalitos como piojos y es cuando rasca la cabeza; ah, y también las denominadas rabietas producen rascarse la cabeza; y descontrolada, hasta arrancarse los cabellos.
En tiempos de pandemia recomiendan no tocarse ni rascarse la cara por ejemplo y, menos la de otro. A propósito, en el lenguaje se los “sordomudos”, existe un gesto de rascarse uno de los pómulos o cachetes que llamamos, para tildar a alguien, de amigo de lo ajeno, o popularmente de ratero.
Viéndolo de esta manera, en Colombia nos faltan manos y por supuesto uñas, para señalar los tantos robos que le hacen al estado.
Si seguimos con rascar, los gatos son animales que necesitan rascadores para suavizar el crecimiento de sus uñas, para gastar energía y bajar el estrés.
Hay un dicho popular para señalar que un personaje anda de borrachera en borrachera, y es: “anda más rascado que nalga de loco”.
En definitivas rascarse es más común de lo que creemos, ni cuenta nos damos, es decir rascaditas inconscientes. Lo cierto es que con las uñas calmamos algunas sensaciones o matamos algunas angustias. Y cuando no se logra con las terminales de los dedos, nos toca rascarnos con aguardiente.
¡Salud por esas rascaditas!
Very cordially
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