FOBIAS

A propósito, empezó el proceso, al que, a pesar de conocer su objetivo, algunos le tienen pavor o por lo menos les falta confianza y no están dispuestos a la inoculación, por tratarse de introducir en el organismo una sustancia que contiene los gérmenes de la enfermedad y obvio, por desconocimiento profundo de causa Por lo mismo y por el covid-19, recordamos algunas FOBIAS relacionadas con el episodio pandémico, y atendiendo que la fobia es un temor a situaciones o cosas que no son peligrosas, pero sí un trastorno de ansiedad ¡Comencemos! la tripanofobia: la fobia a las agujas, para el caso actual a las jeringas; nosocomefobia: miedo a los hospitales, porque nos preocupa ir por una enfermedad o afección y volver con coronavirus. Latrofobia: miedo a los médicos; hipocondría y su parecida nosofobia: miedo a padecer una enfermedad; hematofobia: miedo a la sangre; farmacofobia: miedo a tomar medicamentos; dentofobia: miedo a lo relacionado con el dentista. Una que nos conviene, la agorafobia: miedo a las multitudes; agrafobia: miedo al abuso sexual; cronofobia: miedo innecesario, secuelas de un gran golpe psicológico; cancerophobia: miedo a padecer de cáncer; cardiophobia: miedo a enfermedades cardiacas; traumatofobia: miedo a las heridas o lesiones; mysophobia: miedo a la suciedad o gérmenes.; genophobia: miedo al sexo. Y por los confinamientos, claustrofobia: miedo a permanecer en espacios cerrados; y su contrario, agorafobia: miedo a los espacios abiertos. Son tantos los miedos que me salvaría un idilio con una enfermera… pero entiendo debo ser paciente.

Recordando al posible causante del coronavirus, don murciélago, tenemos la zoophobia: el miedo a los animales; como: quiroptofobia: miedo intenso a los murciélagos; también: apiphobia: miedo a las abejas; bufonophobia: miedo a los sapos; cinofobia: miedo a los perros; ailorofobia: miedo a los gatos; entonofobia: miedo a los insectos; escolequifobia: miedo a los gusanos…

Alejándonos algo de lo médico-pandémico, podríamos que concluir que esto de las fobias es más común de lo que uno cree, y por ende recordaremos algunas más: xantofobia: miedo al color amarillo; hexakosioihexekontshexafobia: miedo al número 666; crematofobia: miedo al dinero; acrofobia: horror patológico a las alturas; somnifobia: miedo a dormir; coulrofobia: miedo a los payasos; ombrofobia: miedo a la lluvia; broncofobia: miedo a los truenos; astrofobia: miedo las tormentas eléctricas; aerofobia: miedo a volar en avión; cinofobia: miedo a los perros; la mía, herpetofobia: miedo a las serpientes; aracnofobia: miedo a las arañas; la de las mujeres, musofobia: miedo a los ratones; nictofobia: miedo a oscuridad; aerofobia: miedo a las alturas; y aunque con frecuencia nos toca bañarnos las manos existe la ablutofobia: miedo a bañarse; acerbofobia: miedo a la acidez; fagofobia: miedo al atragamiento; agirofobia: miedo a cruzar la calle; ailurofobia: miedo a los ajos; amatofobia: miedo al polvo; amaxofobia: miedo a conducir; anablefobia: miedo a mirar hacia arriba; androfobia: miedo al hombre; antofobia: miedo a las flores; aritnofobia: miedo a los números -no es mi caso-

Hay tantas fobias, que hasta experimentamos el miedo a la muerte: la necrophobia. Y mientras nos llega la Parca, las fobias producen una afectación en el diario vivir de las personas que las padecen, llegando a provocar deterioro en lo personal, familiar, laboral y social.

En fin, de todo hay en la Viña del Señor o como en el armario de la abuela. Les cuento, que aunque no soy escritor, no sufro de katagelofobia.

Very cordially